martes, 4 de octubre de 2016

Trata del necio que quiso acoplar conocimientos con experiencias


La concepción de esta reflexión (Si, hurra, primera vez que este terráqueo no nos aburre con sus microcuentos) se da al combinar varios ingredientes que han estado flotando en mi raciocinio por algún tiempo y cual alineación planetaria que se da cada cierto tiempo, no se puede pelar. Y he aquí como consecuencia este sancocho que para un servidor tiene buen caldo. Con ustedes...




Trata del necio que quiso acoplar conocimientos con experiencias 

El sol había tocado mi ventana en forma de alarma telefónica y con esta también despertaron mis ganas de seguir adelante latente en cada despertar, cumplí con mi rutina diaria mañanera y me dispuse a salir a estirar y entrenar cuerpo y mente, noté algo extraño en mi entorno, que no supe que era hasta más adelante, al llegar a mi destino no cambió para nada ese silencio perenne que me perseguía desde la salida de mi recinto, me pareció algo fuera de lo normal (Ya que en cualquier otro momento, este lugar estaba atestado de gente y de la característica que emana de los mismos, el bullicio), aproveche este ambiente para reflexionar y analizar varios acontecimientos de los cuales había sido participe días atrás; temas que se relacionan con el humanismo y todas estas tonterías filosóficas que a muchos se les hace tedioso conversar ya sea porque no lo entienden o porque simplemente su mente aun no sale de la cascara y no les deja abrirse a nuevas posibilidades, maquinaba en mi mente comparaciones entre diferentes religiones,  las costumbres adoptadas por los mismos y la manipulación de algún que otro desgraciado para con estos credos al sacar provecho propio y de algunos casos conocidos al respecto (El caso Boston Globe, donde una unidad de investigación conocida como “Spotlight” del Boston Globe, pudo sacar a la luz una serie de crímenes relacionados con abuso sexuales perpetrados por un número considerable de sacerdotes de Boston, para mas información tienen esos motores de búsqueda de internet o esa famosa película ganadora del óscar en el 2015), de igual manera discurría  en todas esas hipótesis que son mas ciencia ficción que cualquier otra cosa pero que se me hacen interesantes, ya sea por el interés que despierta desde su concepción o por el hecho de que no pueden ser desmentidas (Al igual que muchas de las corrientes filosóficas que nuestros compañeros terráqueos siguen, comparten e intentan inculcar en nuestra actualidad), ahora que menciono la palabra terráqueo también afirmaba mi gran apego hacia con esas hipótesis que plantean la existencia de seres inteligentes fuera de nuestro hogar, la Terra. Y es algo lógico desde un punto de vista racional, en este infinito universo es muy improbable que nosotros, los humanos seamos los únicos seres pensantes de todo este firmamento, es una cuestión cuantitativa, por ejemplo comparemos en dimensiones; para nosotros la Tierra es sumamente gigantesca y casi interminable pero irónicamente es muy pequeña comparado con otros cuerpos celestes, planetas e incluso estrellas, como por ejemplo el sol, si, ese que visualizamos todos los días, ese “pequeño” objeto blanco es cien veces más grande que la tierra, a su vez este no se compara ni por lejos al agujero negro que está en el centro de la vía láctea el cual tiene una masa de cuatro millones de soles, pero bueno solo es un ejemplo para hacerse a la idea de lo pequeño que somos, tampoco es que daré una clase sobre astronomía aquí y ahora, ciencia la cual por cierto, me llama mucho la atención. Asimismo pude reflexionar acerca de lo frágil que es la historia y como un acto tan insignificante puede cambiar el rumbo de una o varias vidas por completo, si, algo del efecto mariposa hay aquí; siempre tengo un paradigma para explicarme mejor, y este caso no es la excepción, la tratare de resumir brevemente; en el siglo XIX una familia tenía un problema con su pequeño hijo, este era muy volátil y impulsivo en todo lo que perpetraba, sus padres, de gran poder económico decidieron llevarlo con un psicólogo, pero no cualquiera, sino uno de renombre, en ese momento no era tan conocido,  pues faltarían cinco años para dar a conocer el proyecto que lo catapultaría en la historia (la interpretación de los sueños), si es que aun alguien no cae, el psicológico al cual acudieron los padres del hijo efusivo era Sigmund Freud, el psicoanalista le diagnostico al pequeño de seis años una psicopatía muy grave, a lo cual aconsejo a los desesperados padres dejarle a su cuidado al pequeño para curarlo, a lo que el padre de nombre Alois, se negó rotundamente, sin lugar a dudas esta negación cambio por completo la historia del mundo, pues, este niño, al crecer, sería el líder del partido nazi, en pocas palabras, el destino del mundo en pocos segundos estuvo a manos de Freud. ¿Qué HUBIESE ocurrido si ese niño, que hoy conocemos como Adolf Hitler, en efecto aconteciese el hecho de ser  adoctrinado por el padre del psicoanálisis? Debo aclarar que durante ese periodo algo prolongado alguna que otra persona cruzaba miradas conmigo, pero en realidad al estar sumergido en todos estos pensamientos no les daba mayor importancia, sé que pensaban que podría estar sufriendo algún trastorno mental o cualquier otro diagnostico psiquiátrico pero en realidad y como lo dije anteriormente, no me preocupaba en ese momento. Siguiendo con los raciocinios que rondaban en mi razón hizo acto de presencia esa típica introspección acerca de los sueños, ya ustedes saben, el repaso minucioso de lo que nuestro cerebro recrea mientras nos reponemos, de este acto reflexivo llegó a mi mente la usual pregunta de ¿Por qué soñé eso? ¿Acaso mi cerebro está intentado codificadamente darme un mensaje? Y no es algo descabellado hacerse esta pregunta pues científicamente es probable. Todas estas ideas vacilaban de un lugar a otro en ese momento de abrumador silencio, silencio el cual proseguía junto a mí durante gran parte de la jornada. Llegue a pensar en que todo este recorrido debía guardármelo para mi, al fin y al cabo no creía que HUBIESE alguien por ahí con ganas de hablar de toda esta “tontería” pues si nos ponemos racionales nada de esto resolverá ningún problema económico-social que a todos nos afectan en estos tiempos tan difíciles (ya saben, la escasez y todo este tema caótico), pero esta afirmación se derrumba cuando me topo con ella, en medio del mar de gente se distinguía, concentrada en sus libros y solitaria, esas características me incentivaron a hablarle, de ahí en adelante todo fue para mejor. Acerca de todos y cada uno de los juicios que rondaban en mi cabeza durante todo el día ella tenía conocimiento, tanto o más que yo, y de igual manera hasta ese momento no había  encontrado alguien para debatirlos. Al pasar del tiempo se fue ganando un espacio dentro de mis actos y razonamientos, ambos nos compenetramos muy bien y se concibió una retroalimentación que nos ha beneficiado en muchos aspectos, actualmente es una persona sustancial para mí. La reflexión que saco de todo este cuento que torna a un tinte mas romancista es simplemente el hecho de que nuestros sentimientos y lo que aprendemos es muy improbable que no lo transmitamos, pues, en cualquier lugar de la ciudad, país, continente, habrá alguien con las mismas ganas de compartir todas estas ideas, pues al fin y al cabo, somos gente sociable, y es imposible no comunicarse. 


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