La concepción de esta reflexión (Si, hurra, primera vez que este terráqueo no nos aburre con sus microcuentos) se da al combinar varios ingredientes que han estado flotando en mi raciocinio por algún tiempo y cual alineación planetaria que se da cada cierto tiempo, no se puede pelar. Y he aquí como consecuencia este sancocho que para un servidor tiene buen caldo. Con ustedes...
Trata del necio que quiso acoplar conocimientos con experiencias
El sol había tocado mi ventana en
forma de alarma telefónica y con esta también despertaron mis ganas de seguir
adelante latente en cada despertar, cumplí con mi rutina diaria mañanera y me
dispuse a salir a estirar y entrenar cuerpo y mente, noté algo extraño en mi
entorno, que no supe que era hasta más adelante, al llegar a mi destino no cambió
para nada ese silencio perenne que me perseguía desde la salida de mi recinto,
me pareció algo fuera de lo normal (Ya que en cualquier otro momento, este lugar
estaba atestado de gente y de la característica que emana de los mismos, el
bullicio), aproveche este ambiente para reflexionar y analizar varios
acontecimientos de los cuales había sido participe días atrás; temas que se
relacionan con el humanismo y todas estas tonterías filosóficas que a muchos se
les hace tedioso conversar ya sea porque no lo entienden o porque simplemente
su mente aun no sale de la cascara y no les deja abrirse a nuevas
posibilidades, maquinaba en mi mente comparaciones entre diferentes
religiones, las costumbres adoptadas por
los mismos y la manipulación de algún que otro desgraciado para con estos
credos al sacar provecho propio y de algunos casos conocidos al respecto (El
caso Boston Globe, donde una unidad de investigación conocida como “Spotlight”
del Boston Globe, pudo sacar a la luz una serie de crímenes relacionados con
abuso sexuales perpetrados por un número considerable de sacerdotes de Boston,
para mas información tienen esos motores de búsqueda de internet o esa famosa
película ganadora del óscar en el 2015), de igual manera discurría en todas esas hipótesis que son mas ciencia
ficción que cualquier otra cosa pero que se me hacen interesantes, ya sea por
el interés que despierta desde su concepción o por el hecho de que no pueden
ser desmentidas (Al igual que muchas de las corrientes filosóficas que nuestros
compañeros terráqueos siguen, comparten e intentan inculcar en nuestra
actualidad), ahora que menciono la palabra terráqueo también afirmaba mi gran
apego hacia con esas hipótesis que plantean la existencia de seres inteligentes
fuera de nuestro hogar, la Terra. Y es algo lógico desde un punto de vista
racional, en este infinito universo es muy improbable que nosotros, los humanos
seamos los únicos seres pensantes de todo este firmamento, es una cuestión
cuantitativa, por ejemplo comparemos en dimensiones; para nosotros la Tierra es
sumamente gigantesca y casi interminable pero irónicamente es muy pequeña
comparado con otros cuerpos celestes, planetas e incluso estrellas, como por
ejemplo el sol, si, ese que visualizamos todos los días, ese “pequeño” objeto
blanco es cien veces más grande que la tierra, a su vez este no se compara ni
por lejos al agujero negro que está en el centro de la vía láctea el cual tiene
una masa de cuatro millones de soles, pero bueno solo es un ejemplo para
hacerse a la idea de lo pequeño que somos, tampoco es que daré una clase sobre
astronomía aquí y ahora, ciencia la cual por cierto, me llama mucho la
atención. Asimismo pude reflexionar acerca de lo frágil que es la historia y
como un acto tan insignificante puede cambiar el rumbo de una o varias vidas
por completo, si, algo del efecto mariposa hay aquí; siempre tengo un paradigma
para explicarme mejor, y este caso no es la excepción, la tratare de resumir
brevemente; en el siglo XIX una familia tenía un problema con su pequeño hijo,
este era muy volátil y impulsivo en todo lo que perpetraba, sus padres, de gran
poder económico decidieron llevarlo con un psicólogo, pero no cualquiera, sino
uno de renombre, en ese momento no era tan conocido, pues faltarían cinco años para dar a conocer
el proyecto que lo catapultaría en la historia (la interpretación de los
sueños), si es que aun alguien no cae, el psicológico al cual acudieron los
padres del hijo efusivo era Sigmund Freud, el psicoanalista le diagnostico al
pequeño de seis años una psicopatía muy grave, a lo cual aconsejo a los
desesperados padres dejarle a su cuidado al pequeño para curarlo, a lo que el
padre de nombre Alois, se negó rotundamente, sin lugar a dudas esta negación
cambio por completo la historia del mundo, pues, este niño, al crecer, sería el
líder del partido nazi, en pocas palabras, el destino del mundo en pocos
segundos estuvo a manos de Freud. ¿Qué HUBIESE ocurrido si ese niño, que hoy
conocemos como Adolf Hitler, en efecto aconteciese el hecho de ser adoctrinado por el padre del psicoanálisis? Debo
aclarar que durante ese periodo algo prolongado alguna que otra persona cruzaba
miradas conmigo, pero en realidad al estar sumergido en todos estos
pensamientos no les daba mayor importancia, sé que pensaban que podría estar
sufriendo algún trastorno mental o cualquier otro diagnostico psiquiátrico pero
en realidad y como lo dije anteriormente, no me preocupaba en ese momento.
Siguiendo con los raciocinios que rondaban en mi razón hizo acto de presencia
esa típica introspección acerca de los sueños, ya ustedes saben, el repaso
minucioso de lo que nuestro cerebro recrea mientras nos reponemos, de este acto
reflexivo llegó a mi mente la usual pregunta de ¿Por qué soñé eso? ¿Acaso mi
cerebro está intentado codificadamente darme un mensaje? Y no es algo
descabellado hacerse esta pregunta pues científicamente es probable. Todas
estas ideas vacilaban de un lugar a otro en ese momento de abrumador silencio,
silencio el cual proseguía junto a mí durante gran parte de la jornada. Llegue
a pensar en que todo este recorrido debía guardármelo para mi, al fin y al cabo
no creía que HUBIESE alguien por ahí con ganas de hablar de toda esta
“tontería” pues si nos ponemos racionales nada de esto resolverá ningún
problema económico-social que a todos nos afectan en estos tiempos tan
difíciles (ya saben, la escasez y todo este tema caótico), pero esta afirmación
se derrumba cuando me topo con ella, en medio del mar de gente se distinguía, concentrada
en sus libros y solitaria, esas características me incentivaron a hablarle, de
ahí en adelante todo fue para mejor. Acerca de todos y cada uno de los juicios
que rondaban en mi cabeza durante todo el día ella tenía conocimiento, tanto o más
que yo, y de igual manera hasta ese momento no había encontrado alguien para debatirlos. Al pasar
del tiempo se fue ganando un espacio dentro de mis actos y razonamientos, ambos
nos compenetramos muy bien y se concibió una retroalimentación que nos ha
beneficiado en muchos aspectos, actualmente es una persona sustancial para mí.
La reflexión que saco de todo este cuento que torna a un tinte mas romancista
es simplemente el hecho de que nuestros sentimientos y lo que aprendemos es muy
improbable que no lo transmitamos, pues, en cualquier lugar de la ciudad, país,
continente, habrá alguien con las mismas ganas de compartir todas estas ideas,
pues al fin y al cabo, somos gente sociable, y es imposible no comunicarse.
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