Mi segundo microcuento, inspirado en el amor y la psicología detrás del susodicho, con ustedes...
El amor que fue mas allá de lo racional
"Me encuentro encerado aquí en estas inquietantes y profundas paredes, todo por amar. No le hicimos daño a nadie, nos amamos profundamente, en ningún momento perjudicamos a nadie al momento de amarnos, y ahora injustamente cual joven acusado de hereje solo por tratar de su curar a su abuela utilizando el método científico me encuentro acá sin un destino claro. Era tan perfecto. Sentir su suave y esponjosa piel, acariciar su perfumado y cómodo pelaje, yo sabia que ella me amaba y ella sabia que yo la amaba. Lo notaba en sus grandes y brillosos ojos azules. Lo era todo para mi en un mundo donde fui rechazado por toda mujer con la que tuve contacto. Fue la primera que me comprendió y aceptó como soy, algo frenético a veces pero la mayoría de las veces amoroso, supo convivir con mi timidez y mi falta de experiencia sobre el amor. Mi mundo giraba en torno a ella. Luego de tantos besos, abrazos y caricias llegó el momento de consumar nuestro amor, pero en el momento del acto llegó ese maldito, ese maldito policía lleno de celos. Me separo de mi único amor y ahora me encuentro a la merced de la negra muerte y del podrido e insensato tiempo. Soy consciente que es muy difícil mi salida de este horrendo lugar, pero no pierdo las esperanzas de volver a ver a mi único motivo de seguir luchando por seguir en esta vida mortal"
Este pequeño escrito fue encontrado a las afueras de un hospital de reposo mental. Indagando un poco nos enteramos que la carta pertenecía a Charles Landong, un adulto de 40 años de edad que fue recluido al ser encontrado teniendo relaciones sexuales con un peluche.
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